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¿Quién iba a sospechar de ellos? ¿Quién iba a pensar que unos peregrinos henchidos de fe eran en realidad correos de cocaína? Desde luego, no mucha gente. Eso es lo que creyó una organización colombiana dedicada a suministrar cocaína al mercado catalán que empleaba viajes organizados de peregrinos suramericanos al santuario de Lourdes para introducir la droga. La banda, que ha sido desmantelada por la Guardia Civil, preparaba a correos humanos a los que entregaba cocaína y los inscribía en viajes organizados a Lourdes. Una vez en el santuario francés, tomaban un autobús y se desplazaban a Barcelona.
La investigación sobre esa banda, que agentes de la Guardia Civil de la Zona de Cataluña comenzaron hace un año, culminó con la detención de 17 personas en Barcelona, el Prat de Llobregat, Cervelló y L'Hospitalet de Llobregat y la incautación de 36 kilos de droga. Los investigadores constataron que el de los peregrinos era uno de los cuatro métodos distintos que esta red tenía para mover la cocaína. Otro era captar a jóvenes en Paraguay y emplearlos como mulas haciéndoles tragar bolas de cocaína antes de embarcar con destino a Barcelona. En ocasiones, a esos chicos les ofrecían un pago por ese viaje aunque otras veces debían pagar así una deuda con la organización.
LABORATORIO EN EL ÁTICO
La banda también reclutaba a inmigrantes dominicanas residentes en Cataluña y les ofrecía dinero para que, cuando estuvieran de vacaciones en su país, aceptaran ocultar droga en sus equipajes antes de regresar a España. El último método consistía en el envío de droga en paquetes postales. Una vez en Barcelona, la droga, que llegaba con un índice muy alto de pureza, se trasladaba a un laboratorio instalado en un ático del centro de la capital catalana, donde se «cortaba» antes de prepararla para su venta a pequeña escala. |
