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02/02/2013 europapress.es - Burgos

La Guardia Civil destruye una granada de la Guerra Civil
española en la comarca burgalesa de la Demanda

  Efectivos del Equipo de Desactivación de Explosivos (EDEX) de Burgos han eliminado un proyectil perteneciente a la munición empleada durante la Guerra Civil Española.

   Según han informado a Europa Press fuentes de la Benemérita, la destrucción del artefacto --una granada rompedora para cañón de campaña Schneider-- se produjo a las 21.00 horas de este sábado en un paraje ubicado en la comarca de la Demanda.

   Una persona comunicó este viernes a la Guardia Civil el hallazgo casual de lo que parecía ser un proyectil militar en las cercanías de un camino. De esta forma, una vez que la patrulla de Seguridad Ciudadana verificó el avistamiento, aseguró la zona y acometió la mencionada destrucción de la munición.

   "La granada encontrada procede de la Guerra Civil española, pero dado que el lugar donde fue localizada no fue frente de guerra, la aparición del proyectil podría deberse a excedentes de guerra utilizados en maniobras militares en la década de los 50", han asegurado los expertos en la materia.

Información sobre el proyectil y el cañón Schneider:

El cañón Schneider 75/28 como pieza antiaérea, "Los Pichis"

Extraído del libro Mil días de fuego. José María Gárate Córdoba, pagina 73

"Pero el mayor problema era la defensa antiaérea. Al no haber cañones ni ametralladoras especiales, los primeros días se tiraba a los aviones con fusil. Y hasta cohetes de feria se dispararon en Aranda y en Somosierra contra ellos.

A primeros de agosto se reciben en el Parque de Burgos las bombas de aviación de cien kilos adquiridas en el extranjero, pero le faltaban los multiplicadores de la casa Skoda y nuevamente ha de sustituirlo el ingenio del Capitán Del Monte, pues la aviación española estaba casi toda en zona roja los días del Movimiento. Ya al llegar al Parque vimos que montaban en el patio un extraño artilugio, al que no concedimos interés porque entonces toda era nuevo para nosotros. Cuando después se construyó el segundo, supimos que era un cañón antiaéreo de fabricación casera. Los Pichis le llamaron, no sé por qué, en el frente. Ya a otro El Flit, porque a todos les gustaba poner mote a las cosas y humanizarlas. Era un nuevo invento del Capitán Del Monte. Había que improvisar como fuere la defensa antiaérea y se le ocurrió dar afuste antiaéreo a cañones de siete y medio. Los muñones se apoyaban en viguetas de hierro corrientes y éstas se deslizaban sobre una corona circular hecha de llanta de hierro, vulgar y comercial también. Como ello se obtenía buena estabilidad y un rápido deslizamiento aún sin engrase. Con engrase era una maravilla. El Capitán Del Monte los fabricaba casi personalmente, sin apartarse de ellos hasta dejarlos asentados en el lugar elegido en el frente. Los Pichis eran algo estupendo para la guerra de los primeros meses, giraban rápidamente en 360 grados y su cureña, casi vertical, apenas tenía zona muerta; por otra parte, el material, de fácil adquisición, los hacía baratos y rápidos de construir. Del Monte los definía como “Cañones antiaéreos contra aviadores de baja moral”.

Cuando el primer Pichi comenzó a tirar en Somosierra, causó el asombro de aviadores y artilleros enemigos. Unos y otros sabían que no había en toda España más que dos grupos de artillería antiaérea de campaña; uno en Madrid y otro en Zaragoza, a dos baterías cada grupo. Pero también sabían que el de Zaragoza estaba en precario, pues, como el material era anticuado, no tenía repuestos y todos los desperfectos de Madrid se solucionaban quitándole piezas a los cañones de Zaragoza.

Los Pichi primero tiraban con granada de metralla y más tarde se pensó que sería mejor con rompedora. Aquel día veíamos construir el primer cañón que iba a tirar con la nueva granada. Los estudios del Capitán Del Monte le hicieron ver las ventajas de las rompedoras. La metralla tenía mas fuerza de explosión y más eficacia que los balines. El único problema estaba en poner a la granada un multiplicador de fulminato de mercurio que permitiera adaptarle la espoleta a tiempos. Así la granada seria “rompedora a tiempos”, algo que parecía paradójico. Hubo que buscar un punto de compresión adecuado para el fulminato, pues si está muy prensado resulta muy seguro, pero insensible; si se le prensa poco, es al revés. La casa Orbea interpreto muy bien el proyecto y consiguió una sensibilidad media, delicada de obtener. Así surgió el primer modelo de “granada rompedora a tiempos”, cuya explosión a la distancia previamente graduada producía gran estampido y un humo muy negro. Durante el mes de agosto hubo seis en servicio, de los cuales cuatro constituían la defensa antiaérea de Burgos, situados en la falda del Castillo, y al parecer imponían respeto. Los otros dos marcharon a la Sierra. Acaso eran los primeros en salir. El primero, el del teniente Trápaga, que fue con Del Monte al Alto del león, en un hermoso camión MAN, de diez toneladas, los mayores de entonces.

Aquel Pichi espantó aviones, pero el S.L.S. le localizó y un proyectil del 15,5 lo desmontó dejándolo inservible. Trápaga salió muy mal parado y no se atrevieron a moverle de San Rafael en tres meses. Le faltaban dedos de los pies. Luego quedó curado de la cabeza, pero también se quedó sin un trozo de cráneo en lo alto, que cubría con un esparadrapo. No tenía inconveniente en la broma de algún amigo que se lo levantaba para verle los sesos, y luego decir que podía asegurar que era hombre muy sesudo. Así tiró toda la guerra.

Se tomaban un poco a broma los cacharros aquellos, pero no sólo imponían cierto respeto, sino que hacían bajas efectivas de aviones, en San Sebastián, en Vergara, en Sigüenza, adonde llegaron oportunamente para la conquista de la ciudad. Del Monte se encontró allí con un oficial que queriendo batir mejor la Catedral, donde los rojos se habían fortificado, se subió al primer piso de una casa su Nicanora, el cañón del siete, al que mimaban como a una hija. Hasta Cádiz fueron cuatro Pichis del parque de Burgos. Luego los fabricaron en Sevilla y en Ceuta, pero antes llegaron noticias de que en Zaragoza se construían unos que se volcaban al hacer el disparo. Se habían diseñado de oídas por algún oficial que los había visto. Allí fue Del Monte y sobre los propios esquemas zaragozanos les corrigió el error."

En la foto: PICHI" emplazado en Burgos (Fotografía extraída del libro Historia de la Artillería Antiaérea. José María Manrique, Lucas Molina y Artemio Mortera)

Como hemos leído en el texto de José María Gárate, los Pichi fueron un apaño de circunstancias para improvisar artillería antiaérea, usando un cañón Schneider 75/28 y sustituir su cureña por un armazón fabricado por viguetas metálicas comerciales que le permitía hacer disparos con grandes ángulos de elevación. Todo el sistema se apoyaba en una plataforma circular que le permitía giros de 360 grados

 

 

Proyectil rompedor mod Universal:
Peso: 6.500 gramos
Altura: 348 cm. Carga: 505 gramos TNT
Espoleta: IR De fabricación nacional, diseñada para ser usada tanto en el cañón Schneider 75/28 español, como en el 75/27 Italiano

 

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