
La Guardia Civil ha experimentado, en los últimos años, una
importante modernización que ha llevado a la sociedad a abandonar viejos
prejuicios sobre ellos. Ahora, colaboran en proyectos científicos como
es el caso de la recuperación del guirre o en investigaciones en Doñana.
Desde hace un año, la Unidad de Helicópteros de la Guardia Civil
-conocida oficialmente como Sector Aéreo de Canarias- colabora con los
científicos del Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan) en el
estudio de edificios volcánicos de Canarias.
La idea surgió del vulcanólogo Nemesio Pérez, quien se puso en
contacto con ellos, porque “necesitaban realizar una serie de mediciones
térmicas en zonas de difícil acceso”, explica el comandante en jefe de
esta unidad, Francisco Alcaide, quien añade que han medido desde el
Teide hasta volcanes de Lanzarote o Gran Canaria. En estos últimos
meses, han estado centrados en El Hierro a donde vuelan cada 15 días
para realizar trabajos de este tipo. También se entrenan en la medición
específica de penachos de gases, algo esencial en el control del riesgo
volcánico. El teniente Antonio Márquez está entusiasmado con el
proyecto, pues siempre ha sido muy aficionado a la vulcanología y así
une sus dos pasiones. La unidad está, además, ya recibiendo formación
por parte del Involcan tanto en vulcanismo como en prevención del
riesgo. Son miembros de la Guardia Civil al servicio, también, de la
ciencia.

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