 El trabajo de los cuerpos de seguridad mantiene un excelente nivel pese a la escasez de medios.
La Junta ha ofrecido a sus empleados de Justicia trabajar horas extra por la tarde; quizá debería haberlo hecho con parados.
Cuando se conocen las particularidades con las que muchas veces trabajan nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, se aprecian y valoran mucho más los logros y conquistas que cada día se alcanzan. En el caso de la Guardia Civil nos encontramos una institución que ha sido denostada en ocasiones por algunos progres de etiqueta o, sencillamente, ignorantes de pacotilla que han visto en su carácter marcial reminiscencias de tiempos pasados y, para la mayoría, felizmente olvidados. La Benemerita, con sus errores y aciertos, tiene en la provincia uno de sus campos de acción más brillantes, y esta afirmación se ve refrendada en el día a día cuando abrimos un periódico, ponemos la radio o vemos un informativo de televisión. Sin ir más lejos, en esta semana que hoy acaba, la Guardia Civil ha dado un verdadero ejemplo de eficiencia en un caso tan lamentable como el del asesinato del joven madrileño en Conil. Supongo que habrán estado alguna vez en este pueblo maravilloso de nuestra costa. Madrileños y vascos, además de los propios andaluces, son los que sostienen la economía conileña desde hace muchos años, los que han hecho que este pueblo pesquero no solo sobreviva sino que disfrute de una economía muy lustrosa gracias a la industria del turismo. No cabe duda que un suceso como el de la muerte a puñaladas de un joven que pasaba unos días de descanso en la localidad puede hacer mucho daño a la principal fuente de riqueza del pueblo. Un amigo mío dice que Conil en verano tiene gente por castigo, pero muchas veces es más sencillo de lo que pensamos darle la vuelta a la tortilla.
La rapidísima reacción de la Guardia Civil y la detención de los tres desgraciados que se cargaron al chaval supone, en primer lugar, un alivio para los familiares y amigos de la víctima, pero también es un aviso a navegantes y corta de raíz lo que podía haberse convertido en un culebrón de consecuencias impredecibles para la economía conileña. Y están las cosas como para perder turistas. El Ayuntamiento se apresuró a decir que estamos ante un incidente aislado y que Conil sigue siendo un tranquilo paraíso si queremos pasar unas buenas vacaciones.
Me dicen que el éxito de la investigación y la inmediata detención de los tres delincuentes juveniles fue obra de un solo agente, un profesional con espíritu, ganas de trabajar y buen olfato, que ató cabos sobre la marcha tras ver una herida en el brazo del que presuntamente ha resultado ser el autor material de las puñaladas. El sujeto, un despojo humano de solo 19 años al que ya pudimos ver en un polémico reportaje de 'Callejeros' sobre las noches de Conil con la mandíbula desencajada por la coca y la mirada tan perdida como su propio futuro, cantó a las primeras de cambio y delató a sus compinches.
Es de justicia aplaudir los éxitos que se acumulan en el campo de la seguridad ciudadana, porque es cierto que tendemos a destacar los grandes fracasos, véase 'caso Holgado' o 'caso Marta del Castillo' por poner dos de los ejemplos más mediáticos. Y esos éxitos también están llegando por la vía de la lucha contra el narcotráfico. Ha sido también la Guardia Civil la encargada días atrás de abortar un alijo de nada más y nada menos que 3.000 kilos de hachís, que se estaban descargando en la chipionera playa de Las Tres Piedras. La droga, la embarcación neumática con tres motores fuera borda en la que era transportada, un vehículo todoterreno, un tractor y hasta un remolque han sido incautados a los cinco detenidos que pasaron a disposición judicial. Es uno de los muchos golpes al narcotráfico que se vienen dando en nuestra provincia.
El trabajo que se hace desde la Guardia Civil y otros cuerpos se mantiene a un excelente nivel pese a las lamentables condiciones o la escasez de medios y efectivos que en ocasiones soportan. Vaya desde aquí mi reconocimiento a unos profesionales que se juegan la vida por nuestra seguridad, y que no se van a aburrir en el futuro si tenemos en cuenta que los hechos delictivos están subiendo de forma proporcional a la ruina que está provocando la crisis en muchas casas de este país.
Y esto tiene pinta de no parar.
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